Los Refugios de Piedra, el tan esperado quinto título de la serie Los hijos de la Tierra , comienza justo en el mismo punto en el que los lectores despidieron a los dos protagonistas en Las llanuras del transito.
Nuestra protagonista Ayla y su compañero Jondalar llegan hasta el Valle de la Dordoña francesa, tierra donde habita la tribu de la familia de Jondalar, los Zelandonii, que en un principio se muestran bastante distantes hacia Ayla, con su extraño acento, sus caballos y su lobo domesticado. Jean M. Auel en esta ocasión, nos describe perfectamente las costumbres del poblado,- las diferentes ceremonias, su manera de cocinar, cazar, las pinturas en las cuevas, etc.- y pone el acento en el descubrimiento y coexistencia de distintas formas de vida. Ayla se va poco a poco integrando en el Clan de Jondalar, aprende muy pronto sus costumbres a las que les aporta sus conocimientos - el fuego de piedra, el porta lanzas, etc.- y se gana el respeto rápidamente gracias a sus habilidades curativas. El amor entre Ayla y Jondalar sigue creciendo y consolidándose, seremos testigos de su boda y del nacimiento de un hijo de la pareja.
Nacida Jean Marie Untiel el 18 de febrero de 1936 en Chicago, Illinois, Estados Unidos. De ascendencia finlandesa, es la segunda de los cinco hijos de Neil Solomon Untinen, un pintor de casas, y Martha Wirtanen.
El 19 de marzo de 1954, a los 18 años, Jean M. se casó con Ray Bernard Auel. Para cuando cumplió los 25 años ya había tenido cinco hijos: RaeAnn, Karen, Lenore, Kendall y Marshall. La familia reside en Portland, Oregón.
En 1964, se unió a la organización Mensa. Trabajando para pagarse los estudios, asistió a la Portland State University y a la University of Portland. También recibió títulos honorarios de la University of Maine y del Mt. Vernon College. Obtuvo su MBA en 1976 a la edad de 40 años.
Tras finalizar su etapa universitaria, en 1977, comenzó sus investigaciones para escribir un libro ambientado en la Edad de Hielo. Además de pasar muchas horas en la biblioteca estudiando, tomó parte de cursos de supervivencia para aprender cómo construir un refugio de hielo y vivir la experiencia de habitar en uno de aquéllos. Aprendió también los métodos primitivos de hacer fuego, curtir el cuero y tallar piedra para hacer herramientas.
Finalmente decidió que en vez de un libro escribiría una saga. El primero de los libros, El clan del oso cavernario, publicado en 1980, fue un auténtico éxito. El libro tenía como protagonista a Ayla, una niña Cro-magnon que queda huérfana tras un terremoto y es recogida por un grupo de hombres de Neandertal. Cada uno sus siguientes libros fue creado como una secuela del precedente; sin embargo, aunque la acción continúa inmediatamente de un libro en el siguiente, el tiempo de publicación entre los distintos volúmenes ha demorado hasta 12 años.
La saga se compone de seis libros, el sexto de ellos aún por publicar: El clan del oso cavernario, El valle de los caballos, Los cazadores de mamuts, Las llanuras del tránsito, Los refugios de piedra y La tierra de las cuevas pintadas. Para este último, la autora ha estado documentándose en las cuevas cántabras de Altamira, en el yacimiento de Abric Romaní (Barcelona), en Ekain (Deva (Guipúzcoa)) y en Atapuerca.[cita requerida] Para documentarse sobre los últimos neandertales que habitaron la península Ibérica hasta su extinción, hace 25.000 años, ha visitado yacimientos prehistóricos y diversas cuevas en Málaga, Gibraltar, Ceuta, Portugal y Asturias.[1] La publicación del sexto y ultimo volumen está prevista para el 29 de marzo de 2011.[2]
Después del éxito de ventas de su primer libro, Auel tuvo la oportunidad de realizar distintos viajes a los sitios prehistóricos sobre los cuales había escrito y encontrarse con aquellos expertos cuyos libros le sirvieron de documentación. Sus investigaciones la han llevado por gran parte de Europa, desde Francia hasta Ucrania.
La crítica ha llegado a calificar como “un pequeño milagro” su trabajo para describir detalladamente una sociedad de la Edad de Hielo, incluyendo temas tales como la interacción con el medio ambiente, las relaciones humanas, los ritos religiosos y el comercio. Un mensaje común a todos sus libros es no dar las cosas por sentado, como por ejemplo los abundantes pero limitados recursos de la Tierra. Sobre todo, refuerza el hecho de que gente que vivió hace 20.000 años era tan inteligente y creativa, y tan humana como cualquier persona actual.
Muchos descubrimientos arqueológicos recientes han transformado en inexactos algunos detalles de los libros y otros son, por supuesto, pura ficción (p.e.: la domesticación de los caballos ocurrió mucho más tarde en la historia de la humanidad).
Recientes estudios genéticos darían verosimilitud a la novela de la escritora, al indicar el entrecruzamiento entre Homo sapiens y Neandertales; a pesar de que las evidencias son escasas,[3] sugieren la existencia de al menos algunos episodios de entrecruzamiento entre homínidos. Otros estudios, en forma genérica, sugieren la inexistencia del cruzamiento neandertal-sapiens
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